Dos mitades que jamas se unirán
presos de la piel y el deseo
procurándose placer y caricias
regalándose pedazos de alma
quedando incompletos
tatuados en las paredes
en la regadera
en las sabanas
momentos que no vuelven
recuerdos
que se intentan revivir
jamas vi las calles ta amplias
después de abandonar
la habitación 11 de el Marin.
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